por Celeste Ghiano
¡Durante las últimas semanas he podido valorar lo que es disfrutar de mi trabajo! Esta crónica no comienza allí, sino hace poco más de 10 años, desde que me interesé por el campo de la evaluación de políticas públicas. Conocí en un congreso de Administración Pública a dos colegas que hoy son mis amigos y mentores, los doctores Pablo Rodríguez-Bilella y Esteban Tapella. Ellos me enseñaron sobre la gran comunidad global de evaluación y, desde entonces, me quedé por estos campos, sembrando ideas y cosechando aprendizajes.
Un poco más cerca en el tiempo, hace unos dos años (pandemia de por medio) me postulé para participar en la XIV Conferencia Bienal de Evaluación de la Sociedad Europea de Evaluación (titulada: Evaluation at a Watershed: Actions and shifting paradigms for challenging times), para presentar los resultados de mi tesis doctoral, acerca de la profesionalización de la Evaluación en América Latina y el Caribe. La pandemia obligó a reorganizar la Conferencia (como muchas otras actividades) y la misma fue virtual ese año.
Pero tuve mi revancha. Finalmente, el 7 de junio de 2022 tuve la oportunidad de contar a mis colegas en Copenhague los resultados de mi tesis ya aprobada, producto de tres años de trabajo, un director y tribunal de lujo y gente maravillosa que me acompañó en todo el proceso, entre la que está el grupo de investigación del PETAS.