El último día del año 2018 nos trae la noticia triste de la muerte de Ricardo Wilson-Grau, evaluador latinoamericano con reconocimiento global.
Varios integrantes de nuestro equipo tuvimos oportunidad de interactuar con él en distintas ocasiones y coordenadas en los pasados doce años, aprendiendo de su oficio y su generosidad. Ricardo será recordado principalmente por su trabajo de largo aliento en el enfoque de evaluación que denominó “Cosecha de Alcances”, cuyo desarrollo detallado está disponible en el libro “Outcomes Harvesting: Principles, Steps, and Evaluation Applications”.
La Cosecha de Alcances, desarrollada por Ricardo junto a otros colegas desde hace más de 15 años, tuvo como propósito evaluar proyectos y programas de desarrollo no tradicionales o de vanguardia, con un énfasis central en los “alcances” (outcomes) o resultados significativos que las mismas habían alcanzado. Particularmente útil ha sido en la evaluación de iniciativas de defensa de derechos humanos, acciones de cabildeo o abogacía política, económica y ambiental, en el campo del arte y la cultura, sistemas de salud, tecnología de la información y comunicación, iniciativas de apoyo a gestiones por la paz, agua y saneamiento, violencia contra la mujer, desarrollo rural, agricultura orgánica, democracia participativa, gestión de residuos, reforma del sector público, el aprendizaje electrónico, la responsabilidad social y la competencia empresarial, entre muchos otros.
Alrededor de 500 organizaciones no gubernamentales, redes, agencias gubernamentales, agencias de financiamiento, organizaciones comunitarias, institutos de investigación y programas universitarios han participado en experiencias de Cosecha de Alcances en todos los continentes. El libro explica los pasos de este enfoque y cómo personalizarlos de acuerdo con sus nueve principios subyacentes. Todo esto con una presentación amigable donde Ricardo comparte su rica experiencia y da consejos prácticos sobre cómo trabajar con la cosecha de alcances.
Hace pocos meses intercambiamos con él unas líneas, donde nos comentaba que él situaba claramente su enfoque en el amplio movimiento de la educación y evaluación latinoamericana, sintiéndose inspirado y deudor del maestro Paulo Freire y de la Teología de la Liberación.
Hace pocos días supimos que recibió con una sonrisa el email que le enviáramos junto con nuestro abrazo a la distancia, cuando la enfermedad avanzaba rápidamente. Así lo queremos recordar, sonriente, profesional, comprometido y muy generoso, siempre dispuesto al diálogo y el intercambio.
¡Un abrazo, Ricardo, gran amigo y maestro!